¿Qué es un abogado laboralista y que casos trata?
Un abogado laboralista es aquel licenciado o graduado en derecho, y colegiado, que asesora sobre cualquier tema relacionado con aspectos laborales y defiende los intereses de un trabajador, empresa, sociedad o cualquier otra forma jurídica que forme parte en un conflicto de intereses cuyo marco sea el ámbito del trabajo.
Estas son algunas de las materias específicas en las cuales se puede requerir de los servicios de un abogado laboralista:
- Contrataciones.
- Despidos.
- Expedientes de regulación de empleo ERE y ERTE.
- Gestión de recursos humanos.
- Gestión Laboral. Nóminas y Seguros sociales. Subvenciones.
- Reestructuraciones de plantilla.
- Reclamaciones. Representación y defensa letrada en el orden social.
- Representación y defensa ante la Inspección de Trabajo.
- Derecho y políticas sindicales.
- Conflictos colectivos. Negociación colectiva.
- Y otras muchas más...
Como pueden observar, la cantidad de elementos que se dan cita en una relación laboral es más grande de lo que en un principio podríamos imaginar. Por ello es muy importante resaltar la figura del abogado laboralista como pilar fundamental de grandes empresas, así como un elemento indispensable en la defensa de intereses para todo tipo de trabajadores y PYMEs.
¿Cómo debe ser el abogado laboralista que elija?
Para encontrar al mejor abogado laboralista para tu caso y que te asesore de la mejor manera posible, no solo basta que tenga un elevado conocimiento del derecho (que, por supuesto, hay que tenerlo), sino que, por la naturaleza de la jurisdicción social, se exigen otra serie de cualidades que se antojan fundamentales para lograr el objetivo de todo letrado: brindar el mejor servicio posible al cliente, para que éste quede satisfecho y se vean resuelto sus problemas.
En este sentido, consideramos que para dar con un abogado laboralista lo más completo posible, se hace necesario que éste contenga las siguientes cualidades:
1.- Conocer el derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
Como hemos dicho antes, tener un elevado conocimiento del derecho sustantivo es fundamental, ya que, al fin y al cabo, dominar la materia en el ámbito de cualquier rama del derecho es imprescindible para poder desarrollar la profesión, lo cual le permitirá ofrecerte un servicio con las mayores garantías. En el caso del derecho laboral, el derecho del Trabajo y de la Seguridad Social se hace indispensable. Hay que tener en cuenta que, las personas que acuden a un abogado laboralista vienen con graves problemas laborales (un despido) o incluso de salud (cuando, por ejemplo, pretenden solicitar una incapacidad). Como consecuencia, lo que se juegan es muy importante para ellos, y es por esta razón por la que dominar la materia es vital para resolver de la mejor manera todos estos problemas.
2.- Tener capacidad de negociación.
En el Derecho Laboral, la negociación es uno de los pilares básicos ya que, en la mayoría de las ocasiones, llegar a un acuerdo es la mejor de las opciones tanto para empresa como trabajador. Por ello, tener dotes en la negociación le permitirá cerrar acuerdos sin la necesidad de arriesgarlo todo en la celebración de un juicio.
3.- Ser extrovertido.
Derivado el punto anterior, para ser un buen negociador, hay que ser extrovertido. Es decir, que tenga esa capacidad de empatizar con el contrario, de socializar con facilidad, muchas veces facilita cerrar esos acuerdos y obtener grandes resultados extrajudicialmente. Siempre, claro está, de cara a tu propio beneficio e interés.
4.- Capacidad de persuasión.
Conseguir con razones y argumentos que una persona actúe o piense de un modo determinado contribuirá a la consecución de acuerdos con el contrario.
Esta cualidad, también será importante a la hora de razonar con el propio cliente que, a veces, obcecado y contaminado por la situación que le rodea y afecta, sin que pueda comprender la situación desde un punto de vista objetivo, pretenda lograr algo arriesgado y que pueda terminar resultando perjudicial para sus propios intereses.
5.- Capacidad de exposición oral.
El orden jurisdiccional social se caracteriza, principalmente, por la celebración oral de las vistas. Por ello, que el abogado laboralista tenga la capacidad de hablar en público delante de un Juez es vital para lograr convencerle con los argumentos y las pruebas que se expongan.
Y, por su puesto, saber explicar con claridad y seguridad en consultas, reuniones con los propios clientes cualquier aspecto o duda que necesiten aclarar.
6.- Tener buena escritura.
A parte de la exposición oral, también es muy importante que un abogado laboralista sepa escribir de forma clara, precisa y concisa. A la hora de elaborar una demanda, una carta de despido, etc., es vital hacer una exposición detallada de los hechos en cuestión, y hacerlo de la mejor manera posible es imprescindible para mostrar el dominio que se tiene en la materia que se trata. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que todo lo que no se diga en una carta de despido, no se podrá defender en juicio; o todo lo que no se diga en una demanda, posteriormente no podrá ampliarse salvo contadas excepciones. Y, también, en cuanto a las demandas, una buena redacción siempre permitirá clarificar el problema al Juez. Cuanto más sencillo y clara se la demanda, mayor será su disposición a la hora de resolver el litigio.
7.- El abogado laboralista debe mostrarse seguro para generar confianza contigo mismo, es decir, con su cliente.
Uno de los pilares fundamentales que debe mediar entre abogado – cliente es la confianza. Por ello, ser capaz de hacer que confíes en él es fundamental. Para ello, mostrar seguridad en todo lo que hace le permitirá que deposites en él toda esa confianza, y evitará que puedas llegar a cuestionar sus decisiones sobre, por ejemplo, cómo llevar el procedimiento judicial encargado.
8.- Capacidad de poner en situación del cliente los riesgos tanto positivos como negativos.
Antes de iniciar cualquier acción, siempre hay que tener la capacidad de analizar los riesgos, y ponerlos en tu conocimiento para que, en caso de no obtener la resolución esperada, tener esa especie de escudo que le permita no excusarse, pero sí poder decirte que te advirtió de los riesgos y de lo que podía suceder.
9.- Lo más importante, al abogado laboralista tiene que gustarle lo que hace.
Y, por supuesto, le tiene que gustar lo que hace. De lo contrario, esta profesión podría resultar complicada e incómoda de desarrollar si no le gusta, ya que, puede resultar poco agradable tener que hablar en púbico o tener tanta responsabilidad en sus manos sobre cuestiones que afectan a terceros y que depositan en él toda su confianza, los cuales esperan obtener siempre un resultado favorable que, en muchas ocasiones, no llega.